Ambientada en la II Guerra Mundial, nos cuenta la historia
de una niña, Liesel, que es acogida por
un matrimonio ya que su madre biológica está huyendo y no puede hacerse
cargo de ella. Con esa familia de acogida creará fuertes lazos de cariño
especialmente con el hombre, Hans, quien le enseñará a leer y escribir y quien
abrirá en ella todo un mundo, el de la imaginación. Eso le servirá para
evadirse y hacer más llevadera su vida y la de su entorno en medio del tormento
que supone vivir en medio de una guerra.
Liesel es una niña tímida al principio, no comprende lo que
está ocurriendo, las circunstancias por las que están pasando le son ajenas
porque no las conoce, poco a poco se irá dando cuenta de la falta de libertad,
del miedo que padecen las personas que le rodean, irá comprendiendo la
injusticia en la que vive.
Aunque el proceso de madurez de Liesel es evidente
ella no pierde dulzura en su mirada, sus grandes y hermosos ojos están llenos
de inocencia en realidad, es realmente cautivadora. La actriz que interpreta a
Liesel es Sophie Nélisse a la que ya pudimos ver en la película "Profesor Lazhar"” y en la que ya nos dejó prendados.
Lo cierto es que esta historia está llena de personajes
carismáticos. El papel de su padre de acogida lo lleva a cabo Geoffrey Rush (“La mejor oferta”), un hombre dulce, amable. Desde el primer segundo de su
aparición en pantalla se hace querer a diferencia de su esposa, que se
muestra fría, gruñona, retorcida y de carácter agrio al principio pero a la que
poco a poco iremos conociendo mejor para entender que en realidad es una mujer
con un gran corazón.
El compañero de travesuras y de confidencias de Liesel es el
pequeño Rudy, su vecino, un niño que pese a sus evidentes rasgos arios sueña con ser
negro para correr tan deprisa como su atleta más admirado.
Es ésta una película conmovedora, muy humana, emotiva,
cercana, tierna y, pese a todo, positiva. Una historia que hará que se te
encoja el corazón.
Las películas ambientadas en la II Guerra Mundial suelen
caracterizarse por tener dos vertientes. Las más puramente históricas que nos cuentas
las claves políticas de la contienda. Las que nos muestran la guerra de primera
mano, con sus causas y su desarrollo.
Hay una segunda
vertiente en la que se encuadra ésta y la que a mí más me gusta. Se trata
de la que nos cuenta las nefastas
consecuencias de la guerra centrada en la parte más humana y como es evidente,
porque ninguna guerra acarrea nada bueno, todas son dramas horribles que nos
hacen terminar con los ojos llenos de lágrimas (especialmente a los que somos
más sensibles de la cuenta).
Estas historias son
aún más crueles si las protagonizan niños como es el caso de “La ladrona de
libros” pero lo cierto es que podemos
extraer un mensaje positivo y muy bonito de esta historia. Es un homenaje a los
libros al poder de las letras, a lo que son capaces de despertar en las
personas y de cómo a veces son un bálsamo capaz de curar el corazón y el alma.
Recomiendo esta película a casi todos los públicos, a los
que busquen entretenimiento pero también a los que busquen una buena historia,
advierto que no vais a ver una comedia aunque alguna sonrisa sí que os va a
provocar.
GRACIAS POR LEERME
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