Aún así, muchos no la habréis visto. Yo misma no había tenido la oportunidad de ver "Siempre Alice" hasta ayer mismo, y la verdad, no sé si hice bien en verla en las circunstancias en que lo hice.
No es una película fácil. Aunque sea muy sencilla en su factura y en su contenido, es una de esas historias tan cercanas que asustan, aunque contada desde el más absoluto respeto y con total elegancia.
La protagonista, Alice, interpretada de forma sobresaliente por Julianne Moore, es una profesora de Harvard cuyo trabajo, con gran reconocimiento y prestigio, la hace estar muy orgullosa por todo el esfuerzo y los años que la han llevado a estar ocupando un cargo así. A los cincuenta años comienza a dar síntomas de una enfermedad que termina siendo Alzheimer precoz hereditario. Desde ese momento y a pasos agigantados la enfermedad se va haciendo más patente consiguiendo que su mundo y el de los que la rodean cambie por completo.
Cierto que, siendo una película como tal mediocre, consigue emocionar y tocar un tema, como digo, tan duro como cercano.
Todas las enfermedades son terribles si alcanzan tal calificación pero la pérdida de la memoria es la pérdida de la identidad, la pérdida de quien fuiste y de quien eres, de quienes son las personas a las que quieres. Creo que no puede haber nada más terrorífico.
Nos enseña cómo transcurre la pérdida de autonomía por parte del enfermo, de cómo vuelve a ser un niño, vuelve a depender de los demás y que sean ellos los que decidan por él.
El gran acierto de la película es el reparto, puesto que a Julianne le hace la réplica Alec Baldwin en el papel de esposo, un hombre paciente al que creo que le sobrepasan los hechos. Podemos ver también a unas correctas Kristen Stewart y Kate Bosworth. Aunque la absoluta protagonista es ella, Alice, ella por encima de sus problemas, por encima de los acontecimientos un ejemplo de ganas de luchar y de superarse. Una Alice en la que se contrapone una lucidez poderosa, la de una mujer inteligente y culta, independiente y luchadora con una Alice de mirada perdida y desorientada que no comprende qué le está ocurriendo pero a la que le cuesta dejar de luchar.
Pese a la sinceridad en la que se nos muestra, y remitiéndome a una de las frases finales de la película; "en definitiva, es una historia de amor". Nos habla del amor de un marido y de unos hijos ya adultos que de manera madura se enfrentan a los acontecimientos. Del amor a la familia y del amor a la vida, con aceptación y sin demasiados dramas.
GRACIAS POR LEERME
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