jueves, 27 de febrero de 2014

CRUCE DE CAMINOS

"Cruce de caminos" es una película del director de "Blue Valentine" , Derek Cianfrance. Un drama familiar con tintes policíacos que durante más de dos horas nos habla de la vida de dos hombres y de las consecuencias futuras del encuentro entre ambos.
Un reparto inmejorable con  una manera de hacer cine muy poco convencional y una historia dura aunque jugosa. Esos son los ingredientes que dan como resultado una obra diferente, amena y muy reflexiva.

Ryan Gosling interpreta a Luke, un motorista que se gana la vida jugándosela, haciendo espectáculos circenses y al que poco más le importa. Un rebelde sin responsabilidades al que un día le cambia la vida tras enterarse de que tiene un hijo. En ese instante siente la necesidad de hacer algo más por ese niño, deja la vida ambulante y decide ganar dinero robando bancos.
Bradley Cooper interpreta a un policía novato con mucha ansia por ascender en el cuerpo. Un joven con mucha proyección y con grandes objetivos en su carrera, comprometido y muy responsable.
Ambos personajes son la antítesis y con dicha descripción se sobre entiende que están destinados a cruzarse en algún momento.

La película está concebida en tres partes bien diferenciadas. La primera protagonizada por el piloto es la más fresca de las tres, la que genera más adrenalina, la más rápida en consonancia con el protagonista. Esta primera parte, como si de una carrera de relevo se tratara, pasa el testigo a la parte protagonizada por Cooper. Una historia de corrupción dentro del cuerpo de policía, inquietante en algún momento, oscura y que nos habla de la ética y de la moralidad, de lo que genera el poder en los hombres.
La tercera y última parte de la película transcurre quince años después. Es la reflexión sobre el hecho de que todo lo que hacemos en la vida tiene consecuencias, antes o después veremos el reflejo de nuestros actos y muchas veces afectan a terceras personas.
Esta parte de la película nos muestra a los hijos de los dos anteriores y como la casualidad los hace "cruzarse" siguiendo la estela de la historia inconclusa entre sus padres.

Son dos chicos excluidos socialmente. Uno porque no ha tenido la presencia de su padre física ni espiritualmente, el otro porque aunque sí lo ha tenido cerca, no ha disfrutado de él puesto que estaba más volcado en su carrera que en su familia.
Uno es un chaval de familia humilde, que se refugia en las drogas como medio de vida y el otro, un chico de clase alta que vive al límite como forma de llamar la atención ante una familia desestructurada.

Es ya casi una seña de identidad del director el hecho de jugar con la división en partes de las historias, ya en Blue Valentine jugaba con la intersección de una misma historia en dos tiempos diferentes. En este caso la separación de las partes es más brusca, cuando acaba una historia no se retoma, se pasa a otra diferente pareciendo en algún momento que has cambiado de película sin darte cuenta. Hasta la estética y el enfoque de la cámara varía en cada una de esas partes.
Creo que lo que mejora notablemente la historia es esa manera original de contarla y los diferentes ritmos con los que juega en cada una de sus partes.
La reflexión entre lo que somos, lo que quisimos ser y lo que finalmente fuimos se entiende de manera implícita sin necesidad de grandes discursos, me ha parecido una película elegante.

No es una película para todos los públicos. No es una película de acción aunque se hable de robos a bancos y policías. Es una película larga que aunque a mí me haya parecido muy amena y fácil de ver no tiene por qué  ser así para todos los espectadores, sobre todo porque el ritmo va en descenso, la acción de la primera parte va dejando paso a partes más introspectivas.
Se la recomiendo a quien quiera disfrutar de un cine diferente, con unas actuaciones geniales, especial mención a Ryan Gosling que, aunque muy hortera, está más sexy que nunca. En definitiva se la recomiendo a quién le guste sentarse ante la pantalla e involucrarse con la historia y los personajes.


GRACIAS POR LEERME






jueves, 20 de febrero de 2014

UNA CUESTIÓN DE TIEMPO

Acabo de ver la película más entrañable, bonita, amable y divertida sin artificios que he visto en mucho tiempo. Me senté a verla pensando que sería un drama romántico más y ha resultado ser una delicia de comedia romántica en la forma aunque con un fondo capaz de calar hasta lo más profundo.
Una joyita sorprendente capaz de hacer extraordinarios el día a día y los pequeños detalles ordinarios a los que no damos importancia.
El título es "Una cuestión de tiempo" es de 2013 y su director es Richard Curtis, conocido por dirigir "Love actually" (2003) y escribir el guión de otras comedias románticas como "Nothing Hill" o "Cuatro bodas y un funeral".
Protagoniza esta historia el joven Tim Lake (Domhnall Gleeson) al que el día de su 21 cumpleaños su padre hace conocedor del gran secreto familiar que afecta sólo a los hombres de la familia, son capaces de retroceder en el tiempo.
Y teniendo en cuenta el nuevo mundo que se abre ante él, Tim decide que empleará ese don para conseguir el gran objetivo de su vida, encontrar novia.
Así explicado puede parecer un género extraño que mezcla cosas como la ciencia ficción o la picaresca con la comedia romántica pero nada más lejos de la realidad.
Tim se irá a vivir a Londres donde de forma casual conocerá a Mary (Rachel McAdams) y por diferentes circunstancias aprenderá una lección que es apta para todos nosotros aunque no podamos viajar en el tiempo, tomar unas decisiones conlleva abandonar otras, la vida se trata de elegir prioridades y no olvidar que todo acto tiene repercusiones y consecuencias implícitas.
La primera parte se centra en la relación entre Tim y Mary pero la segunda parte se centra en otra relación de amor, la de Tim con su padre. Y es cuando se produce un giro nostálgico en la historia porque a quién no le gustaría poder vivir otra vez esos momentos de nuestra infancia, esos momentos junto a nuestros seres queridos en los que te sentiste realmente feliz simplemente por disfrutar de la compañía de esa persona, quién no querría poder dar marcha atrás en el reloj de la vida para reaccionar de forma diferente ante aquel comentario que hizo que te distanciaras de la persona más importante para ti, o simplemente estar preparado ante cualquier acontecimiento inesperado.
Es una película que habla de las relaciones humanas pero sobre todo nos habla del valor de las pequeñas cosas. Y nos cuenta todo ésto a través de unos personajes fabulosos a los que unos pocos minutos en escena bastan para encandilarnos.
Es ésta una película para llorar de emoción y de alegría para sonreír y para encogerte el corazón. Una película deliciosa con una luz especial acompañada con una banda sonora muy british que va genial con la ambientación y la estética de los propios personajes.
En definitiva una comedia romántica fuera de lo común, con lo difícil que es eso.
 GRACIAS POR LEERME

jueves, 13 de febrero de 2014

PRISIONEROS

El director canadiense Denis Villanueve sacaba a la luz en 2013 su último trabajo. Esta vez se trata de una película estadounidense protagonizada por Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal, "Prisioneros".
Se trata de un thriller policíaco sobre dos niñas que desaparecen sin dejar rastro el día de Acción de Gracias. Keller, el padre de una de las pequeñas, desesperado ante la situación decide tomarse la justicia por su mano.
El padre está interpretado por un magnífico Hugh Jackman que deja de lado el rol de héroe sobrehumano de su anterior trabajo para encarnar a un padre muy terrenal, con  una fe enorme que se escuda bajo el lema "espera lo mejor pero prepárate para lo peor". Un padre que a medida que avanza la película no solo crece en desesperación sino que  hasta su aspecto va mostrando la desolación y la impotencia que siente.
Si la interpretación de Jackman es fantástica la de Gyllenhaal es soberbia. Interpreta al policía encargado del caso, un hombre concienzudo y meticuloso implicado al cien por cien.
 Fue para mí una gran sorpresa descubrir que el director de esta película es Denis Villanueve. De él había visto hace unos años una película buenísima y poco conocida por el gran público, "Incendies" (2010), una película del mismo género que os recomiendo a los que no la hayáis visto.
Hacía mucho que no veía una película como "Prisioneros", intrigante, bien hilada, que no deja cabos sueltos, con un final sorprendente y una base sólida en el argumento. El mejor thriller de los últimos años. Todo eso acompañado de una fotografía fantástica y unos actores en estado de gracia.
Como deben de ser este tipo de películas es larga, son más de 150 minutos que no se hacen pesados porque nada está por casualidad ni de relleno, tiene que ser así para que se desarrolle completamente.

Es una película oscura e inquietante de la que no podrás apartar la atención. Se la recomiendo a todo el público con ganas de disfrutar con una buena película, seria y bien hecha.

GRACIAS POR LEERME







lunes, 10 de febrero de 2014

LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA

Era una de las grandes favoritas para brillar en los Goya 2014, que se celebraron anoche. "La gran familia española", última película de Daniel Sánchez Arévalo, contaba con once nominaciones pero finalmente sólo ganó dos de los premios: mejor canción original y mejor actor de reparto.
La película transcurre durante la final del mundial de fútbol de Sudáfrica. Están celebrando la boda del hijo menor de la familia. Son cinco hermanos varones de nombres bíblicos en honor al musical "Siete novias para siete hermanos". Mientras se intenta celebrar la boda y mientras transcurre el partido se van sucediendo un sin fin de historias cruzadas entre los diferentes personajes que nos van mostrando el dudoso entramado interior de la familia. Momentos oscuros que tratados desde la óptica de este director son llevados a la comicidad y a la ternura alejando el dramatismo real de la situación.
Desde "Azul oscuro casi negro" este director no ha parado de cosechar éxitos y la fórmula de ese éxito recae en que como hace con esta película y como antes hiciera en "Gordos" o "Primos" nos suele mostrar temas muy serios, los diferentes dramas sociales, desde un prisma ameno, cómico, un lenguaje coloquial  y a través de personajes con los que es fácil identificarse. 

En este caso consigue una película muy emotiva además de entretenida y divertida. Llena de ternura y muy entrañable. Nos habla de la importancia de la familia más allá de los lazos de sangre, del respeto y del amor.
Mezcla la originalidad de alguna de sus partes con otros aspectos más previsibles consiguiendo una gran empatía con el público que la encontrará muy cercana.

En cuanto a los actores creo que son la esencia pura de esta historia, especialmente los más veteranos. Sin duda alguna ha supuesto una grata sorpresa el papel de Benjamín, interpretado por Roberto Álamo. Es el más especial de los cinco hermanos, es el papel más divertido y también el más tierno de la película. Ha recibido el Goya como mejor actor de reparto por esta interpretación.
Entre los más destacados están también dos de los habituales en las películas de Sánchez Arévalo, Quim Gutiérrez y Antonio de la Torre con papeles más serios pero igualmente destacables, así como Verónica Echegui o Héctor Colomé.
En definitiva es una película para pasar un buen rato, con la que no podrás evitar emocionarte tanto por la historia como porque nos narra uno de los momentos que todos recordaremos el resto de nuestras vidas, seamos futboleros o no. Un momento que, como esa boda hizo con la familia, unió a todo un país.
La moraleja es que,  tal y como ocurrió con el mundial, ese momento de éxtasis y celebración no borró de un plumazo los problemas de cada uno, simplemente hizo que los olvidáramos por un rato.

GRACIAS POR LEERME

martes, 4 de febrero de 2014

A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS

A principio de año llegaba a las salas de cine españolas la última película de los hermanos Joel y Ethan Coen bajo el título de "A propósito de Llewyn Davis" una obra intimista con la música folk como epicentro.
Ambientada en el Nueva York de los años 60 nos habla de como un cantante y músico folk trata de buscarse la vida y conseguir su sueño en un mundo que no hace más que darle la espalda. Sin dinero, en pleno invierno neoyorquino, sin casa y casi sin esperanza, Llewyn deambula de casa en casa de conocidos buscando un sofá donde pasar las noches con su guitarra a cuestas y sin abrigo. Cantando en pequeños bares consigue ganar algo de dinero gracias a la caridad de su público.

Llewyn David, interpretado por Oscar Isaac, es un hombre abatido, al que no le quedan fuerzas ni ganas de seguir luchando por cumplir en sueño que nunca llegará. Parece que la industria que alguna vez confió en él lo hizo más bien por su compañero ahora fallecido. Debe ser muy duro darte cuenta que todo lo que eras lo eras por la persona que estaba a tu lado y que ahora, sin ella, no tienes sitio.
La película nos refleja la cara amarga de un mundo que las edulcoradas películas Disney nos han presentado como un mundo idílico y mágico, cuando la realidad de la gran mayoría de artistas es la de Llewyn, o te vendes y haces lo que la gran mayoría de público quiere o fracasas estrepitosamente.
Está basada parcialmente en las memorias de Dave Van Ronk, una figura importante en el resurgir del folk acústico de los años 60 y que posteriormente sería una inspiración y una ayuda para artistas como Bob Dylan.
Los Coen nos muestran una forma muy intimista de entender el mundo del espectáculo. Mostrándonos un panorama decadente y penoso con tintes cómicos para intentar evadir al espectador y que éste no se sumerja en el mismo declive del protagonista.
Es una película sobre un hombre derrotado, con una música maravillosa como protagonista en cada fotograma, si no explícitamente de forma indirecta.

Estos directores se caracterizan por saber plasmar cada detalle cultural al milímetro y esta película es una prueba de ello. A destacar la fabulosa fotografía con ese aire retro que los Coen dan a sus filmaciones, y la preciosa banda sonora así como la interpretación del protagonista en la que impera esa mirada desengañada y derrotista del que se siente frustrado y hundido.

Recomiendo esta película principalmente a los músicos porque la van a disfrutar a niveles a los que los no entendidos ni nos acercamos. Se la recomiendo a los que busquen una película intimista, llena de detalles. A los seguidores del cine de los Coen, aunque éstos ya la habrán visto. Se la recomiendo a ese público con gusto por el retro y lo vintage, que está tan de moda, a los amantes de la buena fotografía y también a los amantes de los gatos.
La película sobrepasa por muy poco la hora y media y su ritmo no es el más ameno.

¿Os gusta el cine de los hermanos Coen? Para mí sus mejores trabajos son "Muerte entre las flores" (1990), "Fargo" (1996) y "El gran Lebowsky" (1998) aunque las tres las dirigió Joel en solitario.

GRACIAS POR LEERME