Me ha gustado mucho que mantenga la estética simplista de la primera entrega, su juego entre luces y sombras, esas conversaciones de mesa camilla y la sencillez en los juegos de planos. Pese a contar esta vez con un presupuesto mayor no ha perdido esa sencillez y calidez, esa familiaridad de la primera.
En esta segunda parte hay más riqueza en el guión, me ha parecido más profundo y detallista. La protagonista se nos muestra ahora más humana bajo esa fachada de mujer fuerte, matriarca que puede con todo, temperamental y a veces malhablada. Muestra en esta película un corazón enorme y una generosidad infinita.
Esa generosidad va más allá de lo material, la demuestra en su forma de escuchar a los demás y en su forma de actuar ante la vida. Superficialmente puede parecer que piensa en ella misma pero a medida que la historia avanza se puede ver que todo lo que hace es pensando en los que la rodean. Tal vez sus formas no sean las más adecuadas pero quizás el fin justifique los medios.
Hay un diálogo fabuloso que mantiene la protagonista con su vecina. Una vecina con un hijo discapacitado que se queja amargamente y que se confiesa incapaz de seguir adelante. Mientras la mujer se desahoga Carmina la escucha casi sin pronunciarse.Yo entiendo que no sólo se está compadeciendo de la mujer, no la juzga, la comprende más de lo que se puede imaginar, pensando tal vez que ella misma en una situación similar actuaría de igual manera.
Creo que lo que hace grande esta cinta y a su predecesora es la verdad que hay en los personajes. No sé, porque el director nunca lo deja claro, hasta qué punto son producto de su imaginación, pero eso como decía al principio, también le da cierto encanto.
Me gustaría destacar la actuación de Yolanda Ramos, interpreta un personaje que no es determinante en la trama, ni mucho menos, pero me ha parecido una interpretación perfecta. Me ha sorprendido.
Otro personaje que me ha encantado volver a ver es a la amiga de Carmina que alardea de su relación con la realeza. Me parece un personaje divertidísimo y los minutos en los que aparece, tanto la actriz que la interpreta como el resto de actores que la acompañan en escena hacen un trabajo extraordinario, cargado de mímica muy sutil pero muy real. Una de las partes más divertidas.
En cuanto a María León como siempre bárbara, desde que la conociéramos en "La voz dormida" tengo predilección por ella. Me gusta. El director nos la muestra casi como una fotocopia de su madre en algunos gestos y poses, tal vez queriendo que el espectador la vea como sucesora de la matriarca.
Como en la anterior entrega no se dejan de lado las situaciones cotidianas cargadas de humor, en este caso un humor más negro traído por las circunstancias pero nunca un humor forzado, no es rebuscado. Demuestra Paco León que otro tipo de comedia es posible, que no hace falta recurrir al chiste fácil o grosero para hacer reír.
La cercanía y naturalidad de Carmina Barrios acrescenta la incógnita entre realidad y ficción. Me dará mucha pena si, como se deja entrever, no nos sigue acercando sus anécdotas.
Me cae bien esta familia, me gusta mucho el Paco León director aunque también me gustaría verlo jugando fuera de casa, al frente de algún proyecto diferente.
GRACIAS POR LEERME