A CAMBIO DE NADA

Es el primer largometraje dirigido por Daniel Guzmán. Fue la gran sorpresa en la 18 edición del festival de Málaga donde se alzó con la Biznaga de Oro como mejor película entre otros premios.

Desde que se conoció el palmarés del Festival me creó gran curiosidad esta historia, en primer lugar por el reparto y en segundo por el director ya que todos conocemos a Daniel como un personaje televisivo muy popular y aunque sabía que ya había hecho sus pinitos en la dirección de algún corto y  algún documental nunca había tenido la oportunidad de ver ninguno de sus trabajos.

Al ser una película, a priori, pequeña, en muchos cines no se llegó a estrenar así que he tenido que esperar a su lanzamiento en dvd para verla. Acaba de salir su edición doméstica y tengo que afirmar que la espera me ha merecido mucho la pena.
 Eso de que es una película pequeña no es cierto. Me ha sorprendido muy gratamente comprobar como Guzmán ha entrado por la puerta grande en el mundo del largometraje. No sólo cuenta una historia con la naturalidad pasmosa de quien podría contar su propia experiencia vital si no que además ha contado con un casting estupendo lleno de actores reconocidos como Luis Tosar pero también debutantes como los jóvenes  protagonistas  que interpretan a Darío y Luismi o como la también joven, aunque tenga 90 años, Antonia Guzmán, abuela del director.

"A cambio de nada" nos cuenta la historia de Darío un chico de 16 años que se escuda en la rebeldía propia de la adolescencia para refugiarse de los problemas familiares. Como tantos casos, convertidos en cotidianos en la sociedad en la que vivimos, sufre en primera persona la turbulenta separación de sus padres. Deja de lado los estudios y empieza a rodearse de compañía poco recomendable.

Es una de esas historias callejeras, de barrio, real como la vida misma cercana al documental por su verosimilitud pero llena de personajes carismáticos que lo son por su naturalidad sin artificios. Un adolescente es el personaje principal pero a su alrededor un conjunto de personajes de generaciones diferentes intentan encontrar atención y un lugar en el mundo, igual que Darío.

Daniel Guzmán nos ofrece un cine muy realista y cercano. Muy en la linea del cine europeo, sincero y orgánico en el que cuenta historias aparentemente sencillas pero con mucho trasfondo social y humano. Consigue calar en el espectador gracias a un guión en el que tiene cabida desde el humor más callejero hasta la sapiencia que dan los años y la experiencia vital de los personajes. Me ha recordado en algún aspecto a "7 vírgenes" de Alberto Rodriguez y espero que igual que éste Daniel Guzmán pueda sorprendernos con sus siguientes trabajos y que sólo sea el principio de una amplia carrera.

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METRO MANILA

Con el corazón encogido, la piel de gallina y un nudo en la garganta, esa es la sensación  que te deja este drama familiar con tintes de denuncia social.

"Metro Manila" es una coproducción entre Reiuno Unido y Filipinas que nos cuenta la historia de una familia de campesinos que decide dejar el norte de Filipinas donde trabajan en la cosecha del arroz para viajar al área metropolitana de Manila, capital y centro económico, buscando la prosperidad que el campo les niega.

Una vez llegados a la ciudad parece que todo les sonríe. Óscar, el patriarca, pronto conseguirá encontrar un buen trabajo que aunque entraña ciertos peligros puede darle un buen sueldo. Desde su inocencia y humildad no puede prever el verdadero peligro que se esconde detrás de las personas aunque aparentemente tengan un buen nivel de vida y se muestren prestas a ayudarte.

Detrás de la dirección de la cinta se encuentra Sean Ellis, un joven y polifacético director británico al que recordamos de otros reconocidos títulos como "Cashback" (2006).

Nos ofrece una película llena de sensibilidad, con un personaje principal muy carismático que lucha por sacar adelante a su familia y por prosperar desde la honradez y el trabajo.

Nos muestra a través de la historia de Óscar la situación de un gran porcentaje de familias de todo el mundo, lo que ellos viven se puede extrapolar a cualquier país porque nos habla de la explotación que sufre el campesinado, trabajando jornadas inhumanas sin a penas beneficio.

Nos habla también de la explotación sexual femenina e infantil, de la gente sin escrúpulos que se lucra de las personas más débiles y del poder del dinero.

Todo eso nos lo muestra Ellis con una realización cercana al documental, con movimientos de cámara vibrantes, con planos aparentemente no muy cuidados pero llenos de realismo, con un continuo uso del plano secuencia y con una luz tenue que nos hace más cercano el oscurantismo que encierra la vida de los protagonistas. 

A su vez nos lo cuenta con unos diálogos sencillos y cercanos pero igualmente cargados de verdad, sin ningún artificio pero igualmente con una trama muy intensa y

Es una historia muy dura pero muy tierna también, llena de enseñanzas y valores, un drama humano que nos acerca, aunque sea desde la ficción, a una realidad que si quisiéramos veríamos cada día en los telediarios y periódicos. 

Es una película que nos enseña que allá donde haya personas pasando necesidades habrá otras personas intentando lucrarse con ellas, utilizándolas y aprovechándose de su situación como si fueran seres inferiores con los que poder hacer lo que se quiera. 

Estas películas son mis favoritas porque consiguen remover conciencias y son en definitiva las únicas capaces de mover el mundo, es una pena que el 90% del público no sienta empatía por este tipo de cine y prefieran llenar salas viendo súper producciones hollywoodienses vacías de sensibilidad pero bien cargadas de efectos especiales. 

GRACIAS POR LEERME