miércoles, 16 de septiembre de 2015

A CAMBIO DE NADA

Es el primer largometraje dirigido por Daniel Guzmán. Fue la gran sorpresa en la 18 edición del festival de Málaga donde se alzó con la Biznaga de Oro como mejor película entre otros premios.
Desde que se conoció el palmarés del Festival me creó gran curiosidad esta historia, en primer lugar por el reparto y en segundo por el director ya que todos conocemos a Daniel como un personaje televisivo muy popular y aunque sabía que ya había hecho sus pinitos en la dirección de algún corto y  algún documental nunca había tenido la oportunidad de ver ninguno de sus trabajos.

Al ser una película, a priori, pequeña, en muchos cines no se llegó a estrenar así que he tenido que esperar a su lanzamiento en dvd para verla. Acaba de salir su edición doméstica y tengo que afirmar que la espera me ha merecido mucho la pena.
 Eso de que es una película pequeña no es cierto. Me ha sorprendido muy gratamente comprobar como Guzmán ha entrado por la puerta grande en el mundo del largometraje. No sólo cuenta una historia con la naturalidad pasmosa de quien podría contar su propia experiencia vital si no que además ha contado con un casting estupendo lleno de actores reconocidos como Luis Tosar pero también debutantes como los jóvenes  protagonistas  que interpretan a Darío y Luismi o como la también joven, aunque tenga 90 años, Antonia Guzmán, abuela del director.

"A cambio de nada" nos cuenta la historia de Darío un chico de 16 años que se escuda en la rebeldía propia de la adolescencia para refugiarse de los problemas familiares. Como tantos casos, convertidos en cotidianos en la sociedad en la que vivimos, sufre en primera persona la turbulenta separación de sus padres. Deja de lado los estudios y empieza a rodearse de compañía poco recomendable.

Es una de esas historias callejeras, de barrio, real como la vida misma cercana al documental por su verosimilitud pero llena de personajes carismáticos que lo son por su naturalidad sin artificios. Un adolescente es el personaje principal pero a su alrededor un conjunto de personajes de generaciones diferentes intentan encontrar atención y un lugar en el mundo, igual que Darío.
Daniel Guzmán nos ofrece un cine muy realista y cercano. Muy en la linea del cine europeo, sincero y orgánico en el que cuenta historias aparentemente sencillas pero con mucho trasfondo social y humano. Consigue calar en el espectador gracias a un guión en el que tiene cabida desde el humor más callejero hasta la sapiencia que dan los años y la experiencia vital de los personajes. Me ha recordado en algún aspecto a "7 vírgenes" de Alberto Rodriguez y espero que igual que éste Daniel Guzmán pueda sorprendernos con sus siguientes trabajos y que sólo sea el principio de una amplia carrera.

GRACIAS POR LEERME





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