Se trata de un thriller policíaco sobre dos niñas que desaparecen sin dejar rastro el día de Acción de Gracias. Keller, el padre de una de las pequeñas, desesperado ante la situación decide tomarse la justicia por su mano.
El padre está interpretado por un magnífico Hugh Jackman que deja de lado el rol de héroe sobrehumano de su anterior trabajo para encarnar a un padre muy terrenal, con una fe enorme que se escuda bajo el lema "espera lo mejor pero prepárate para lo peor". Un padre que a medida que avanza la película no solo crece en desesperación sino que hasta su aspecto va mostrando la desolación y la impotencia que siente.
Si la interpretación de Jackman es fantástica la de Gyllenhaal es soberbia. Interpreta al policía encargado del caso, un hombre concienzudo y meticuloso implicado al cien por cien.
Fue para mí una gran sorpresa descubrir que el director de esta película es Denis Villanueve. De él había visto hace unos años una película buenísima y poco conocida por el gran público, "Incendies" (2010), una película del mismo género que os recomiendo a los que no la hayáis visto.
Hacía mucho que no veía una película como "Prisioneros", intrigante, bien hilada, que no deja cabos sueltos, con un final sorprendente y una base sólida en el argumento. El mejor thriller de los últimos años. Todo eso acompañado de una fotografía fantástica y unos actores en estado de gracia.
Como deben de ser este tipo de películas es larga, son más de 150 minutos que no se hacen pesados porque nada está por casualidad ni de relleno, tiene que ser así para que se desarrolle completamente.
Es una película oscura e inquietante de la que no podrás apartar la atención. Se la recomiendo a todo el público con ganas de disfrutar con una buena película, seria y bien hecha.
GRACIAS POR LEERME
No hay comentarios:
Publicar un comentario