miércoles, 12 de marzo de 2014

BLUE JASMINE

Es, por el momento, la última película del prolífero director neoyorquino Woody Allen.
Según dicen los expertos en la obra de este director es la mejor que ha hecho en años y yo, que no soy tan experta, tengo que decir que no me parece la mejor película de Allen pero que merece mucho la pena verla.

"Blue Jasmine" es una mujer elegante, de la alta sociedad de Nueva York, desquiciada y bipolar. Una mujer con dos caras, la del antes y la del después de que su vida se desmorone.
Jasmine nos presenta a una mujer incapaz de vivir por sí misma. Ha permanecido siempre a la sombra de su rico marido, sin preocupaciones y llevando una vida de ensueño, viajes, joyas, fiestas, lujo en definitiva.
Su esposo, una persona de dudosa credibilidad, había acabado cumpliendo condena eterna y ella arruinada, por lo que se ve obligada a cambiar de ciudad e irse a vivir a casa de su fracasada hermana adoptiva, la cual asume sin complejos su rol de perdedora de la familia.
Jasmine intenta sobreponerse a su penosa situación, ella que es la elegancia personificada decide empezar a trabajar para pagarse los estudios que nunca terminó, labrarse una nueva vida desde cero. Pero su alter ego la desquicia, esa versión de ella misma que no puede despegarse del bote de ansiolíticos.
Lo que quiere Jasmine realmente es encontrar otro hombre rico que la mantenga y la devuelva a su vida anterior.

Jasmine está interpretada por Cate Blanchet y este personaje la ha hecho ganadora del Oscar a mejor actriz, de forma muy meritoria. Blanchet es el alma de la película, su interpretación roza la perfección, lo que hace realmente es interpretar a dos mujeres distintas, una versión femenina de "Doctor Jekyll y Mister Hyde". Apoya su interpretación en un guión sólido e ingenioso pero creo que ella levanta al personaje.

Como es característico en su cine, Allen se vale del psicoanálisis para narrar el tema, en este caso analizamos a una mujer abatida, más preocupada por las apariencias que por cualquier otra cosa y con una grave inestabilidad emocional.
Como es costumbre también, nos habla de las fobias y los miedos del ser humano y, como tema unánime de sus películas, el amor. En este caso se nos muestra en dos vertientes: a través de Jasmine, el que podíamos interpretar como una amor interesado y a través de su hermana Ginger que vive un amor real con un hombre que, quizás no es el mejor partido pero que la quiere por encima de todo.
En cualquier caso la mujer es protagonista absoluta, como siempre, de su obra.
Allen es un genio tratando las obsesiones de nuestro tiempo, haciendo retratos de personajes urbanos desde el punto de vista satírico y buscando la reflexión en el espectador.
En este caso Blue Jasmine nos lleva a pensar sobre las apariencias y la felicidad. Contraponiendo los personajes de las dos hermanas podemos preguntarnos, ¿quién es la verdadera perdedora de la familia? Ginger, una cajera de super mercado que vive en un pequeño apartamento con sus dos hijos, novia de un mecánico de coches que la ama.
O Jasmine, una mujer cuya vida se apoya en el poder económico y la apariencia social, con un marido que le era infiel pero que la colmaba de regalos y que no ve más continuidad que enganchar a otro marido rico para seguir viviendo en la mentira de lo banal.

La reflexión está aquí, por tanto, en la búsqueda de la felicidad en las pequeñas cosas y en la búsqueda de la identidad personal.
En conclusión, esta película es una forma muy entretenida y a ratos divertida de invitarnos a la reflexión. Una comedia dramática con el estilo propio de Allen tanto en lo visual como en lo intrínseco, con unos personajes muy bien definidos y unas actuaciones soberbias, especialmente la de la protagonista, que te harán pasar un gran rato en sus escasos 95 minutos.

GRACIAS POR LEERME


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