domingo, 17 de mayo de 2015

LA TEORÍA DEL TODO

Desde que se supieron los candidatos a mejor actor en la pasada edición de los Oscars sabía, sin haber visto la película, que Eddie Redmayne tenía casi todas las papeletas para hacerse con el premio. Podía vaticinarlo porque los académicos son muy dados a premiar este tipo de papeles en los que se interpreta a personas con algún tipo de enfermedad rara, discapacidad o cosas por el estilo.

Pero tengo que admitir que, una vez vista "La teoría del todo", pocas veces un Óscar a mejor actor ha sido tan merecido.
Se trata de un biopic que nos cuenta una parte de la vida del físico Stephen Hawking. En concreto nos habla de la etapa en que conoció a Jane, su primera mujer, mientras estudiaban en Cambridge coincidiendo con el despertar de su enfermedad y la historia se alargará hasta 25 años después.
A diferencia de otras películas biográficas tiene un ritmo estupendo en parte debido a que no llega a los 120 minutos de metraje.

Se puede decir que el tema principal de la película es Stephen y su enfermedad pero para mí lo más importante de la historia es Jane, haciendo apología de la célebre frase "detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer" me parece que la historia de esta pareja es el mejor ejemplo de eso.
Jane es una mujer muy fuerte, tremendamente generosa, no creo que haya sido la primera ni será la última mujer que abandone sus sueños por el cuidado de su familia pero en este caso es notable porque ella es la que realmente hace fuerte a Stephen, gracias a ella él sigue adelante cuando le diagnostican su enfermedad y cuando le predicen tan sólo dos años de vida. No sólo eso, juntos forman una familia con tres hijos, superando todo obstáculo y además le ayuda a sacar adelante sus teorías y trabajos pese a la falta de comunicación verbal que progresivamente va padeciendo el científico.
El papel de Jane lo interpreta una perfecta Felicity Jones. Me gusta mucho lo que transmite con sus gestos, su mirada es de las más expresivas y sobre todo, lo que representa su personaje.

En cuanto a Eddie, el mejor calificativo que puedo usar es el de impresionante. Impresionante el trabajo interpretativo y también el trabajo corporal. Cómo adapta y mueve su cuerpo, para eso no es posible usar maquillaje, sólo se consigue con mucho trabajo y estudio. Interpreta a un Stephen desgarbado primero y al que la enfermedad neuronal  le va agarrotando los músculos poco a poco privándolo de movilidad y terminando por recluirlo en una silla de ruedas.
Hay momentos en los que Stephen se compadece de sí mismo pero son los menos, en general aborda la vida con una gran sentido del humor. También la sonrisa de Eddie llena la pantalla.
La dirección de la cinta es muy limpia, con unos escenarios muy cuidados, así como el vestuario. Me encanta el guiño que se hace en los últimos minutos con un momento determinado de la película en que Jane y Stephen conversan sobre la teoría del tiempo, y así vemos como la película termina con un resúmen marcha atrás de los momentos más decisivos para llegar al momento en que la pareja cruza sus miradas por primera vez, entendiendo ese momento como el principio del tiempo que han vivido juntos.
Me parece ésta una película que habla de amor; por un lado de amor pasional entre un hombre y una mujer que, apoyándose en ese amor mutuo, pueden hacer frente a todos los pormenores de la vida. Pero también es una película de amor propio; el amor propio de una mujer que es capaz de renunciar a vivir su vida, sin pedir nada a cambio, volcándose en la persona que quiere y a la que ha elegido como compañera. También el amor propio del protagonista que no se abandona cuando le pronostican sólo 2 años de vida, que hace frente a la enfermedad, que sigue apostando por sus estudios y añade a eso formar una familia y disfrutar de ella.

Con todo eso, la moraleja de esta optimista aunque triste historia es que "mientras hay vida hay esperanza" y por eso no debemos encerrarnos en la parte negativa de las cosas, si no aferrarnos siempre a lo bueno, por muy pequeño que sea.

GRACIAS POR LEERME

jueves, 14 de mayo de 2015

ST. VINCENT

Me gustaría hablaros de esta conmovedora historia disfrazada de comedia que se ha convertido en una de mis películas favoritas de los últimos años.
Melissa McCarthy representa a Maggie, una enfermera que tras descubrir las continuas infidelidades de su marido decide poner tierra de por medio y se traslada a un nuevo barrio con su hijo Oliver. Allí coincidirá con Vincent (Bill Murray) un huraño vecino, bebedor, jugador y un mal ejemplo en definitiva.  Por circunstancias diversas Vincent terminará siendo el canguro del niño y entre ellos se establecerá una relación muy especial.

Lo que me gusta de esta película y lo que la hace tan especial es su sencillez, propia del cine independiente americano que tanto me gusta personalmente. Tanto la historia como la plástica de la película no son algo novedoso pero al mismo tiempo sus protagonistas tienen tanto carisma que hacen de ésta una historia tan divertida como emotiva.
El sensacional reparto tiene mucha culpa de ello. Vamos a ver a Naomi Watts interpretando a una prostituta rusa embarazada. Naomi, que siempre se nos muestra como una mujer correcta y elegante nos descubre su lado más divertido metiéndose en una mujer mal hablada, ordinaria y en la que la dulzura y la sensibilidad brillan por su ausencia.

Sin embargo Melissa McCarthy, una actriz un poco encasillada en papeles cómicos se nos rebela aquí como una buena actriz dramática convirtiéndose en la más seria y sensata del grupo.
De Bill Murray poco podemos decir, el papel está hecho a su medida y tan solo Jack Nicholson o Jeff Bridges (si no se dedicara a hacer trabajos ridículos como "El séptimo hijo") podían haberse acercado a su magnífica interpretación. Lo más dificil de interpretar debe ser meterse en el papel de un hombre normal y hacer que nos lo creamos, él lo consigue y consigue además que lo queramos.

Junto al pequeño Oliver interpretado por Jaeden Lieberher, nos cuentan una historia de esas con moraleja en la que lo aparentemente sencillo esconde muchos aspectos críticos. En este caso el director y guionista parece tocar de soslayo el tema religioso pero en realidad todo gira en torno a la figura del santo en el catolicismo. Serán continuas las referencias a santos ya que Oliver estudia en un colegio católico pese a ser judío. Y la moraleja de la historia tiene mucho que ver con eso porque nos viene a decir que un santo no siempre tiene que ser políticamente correcto y podemos tener referentes válidos en personas que en un primer momento no parecen el mejor ejemplo a seguir.
Además de enseñarnos a no juzgar a las personas sin conocerlas realmente, esta película nos habla de amistad, de respeto y de tolerancia y todo eso aderezado con una banda sonora sensacional en la que vamos a escuchar reconocibles artistas como The National, Jefferson Airplane o Bob Dylan.

Aunque analizando la película de una forma objetiva puede ser algo irregular en cuanto a que tiene una primera parte más cómica y una segunda más melodramática con una transición entre ambas nada paulatina, tengo que decir que eso es lo menos importante porque ésta es una historia de las de percibir a través de los cinco sentidos, pero sobre todo con el corazón, realmente conmovedora y bonita. Se hacen muy pocas películas así a lo largo del año, de esas que te hacen pasar un buen rato y además te enseñan cosas, por eso no podéis dejar de verla.

GRACIAS POR LEERME