Podríamos hacer un símil entre cine y viajes, al fin y al cabo cuando te sientas delante de una pantalla es como emprender un viaje a través de una historia, a través de unos personajes que tienen algo que contarnos, unas veces para hacernos reír y pasar un buen rato, otras veces para hacer que algo se mueva dentro de nosotros e invitarnos a pensar en cosas distintas o en las mismas cosas de siempre pero desde otro punto de vista.
El cine y los viajes van unidos porque ambos nos enseñan, nos divierten o nos asustan pero de ambos podemos extraer enseñanzas.
Hago toda esta reflexión como introducción para hablaros de un tipo de películas que engloban un género en sí mismas. Son las películas sobre viajes y como dentro de ese abanico cabe desde una "road movie" a una película sobre vacaciones y desenfreno quiero especificar un poco más hablando o haciendo hincapié en aquellos viajes en los que el protagonista no sólo hace un viaje físico si no también espiritual puesto que, aunque no fuera su intención primera, termina haciendo un viaje hacia su propio interior sirviéndole para conocerse a sí mismo y entendiendo así la esencia de la vida.
Quizás sea una idea bastante utópica pero yo creo que todos nos hemos planteado en un momento de nuestras vidas hacer algo así, luego las circunstancias de cada uno pueden o no llevarnos si quiera a intentarlo.
Me gustaría ejemplificar ésto con unos cuantos títulos, hay muchos más pero no se puede poner todo, por eso he elegido unas cuantas películas que para mí narran muy bien esa idea de búsqueda de identidad del individuo.
La primera que os quiero citar en una película que vi hace poco tiempo y que fue la que me dio la idea de escribir este post, se llama
"Héctor y el secreto de la felicidad". Es una película de Reino Unido estrenada en 2014 dirigida por Peter Chelsom, director de grandes comedias románticas como "Serendipity" o "¿Bailamos?".
Esta película nos cuenta la historia de un psiquiatra de éxito, con una vida muy cómoda que un día decide preguntarle a sus pacientes, a los que le rodean y a sí mismo si son felices dándose cuenta así de que tiene que encontrar el secreto que se esconde detrás de la felicidad y para eso tiene que salir de su zona de confort, de su ciudad, su país y alejarse de sus seres queridos. Emprende un viaje que le lleva a Asia y a África. Más que el secreto de la felicidad Héctor aprenderá a valorar lo que tiene y a disfrutar de la vida.
Aunque cinematográficamente no es una obra de arte, esta película refleja bien el ejemplo de películas a las que me refiero puesto que la lectura y el mensaje que aporta es un canto al positivismo y a la alegría de vivir, quizás algo edulcorado y como digo, utópico, pero un mensaje bonito al fin y al cabo.
Otro ejemplo es
"La vida secreta de Walter Mitty", de esta película hice una entrada en su momento que podéis leer
aquí, En este caso el protagonista no decide libremente emprender un viaje si no que se ve empujado por las circunstancias de su trabajo y aunque en un primer momento no le apetece demasiado embarcarse en una aventura así, termina siendo el punto de inflexión en su hasta entonces vida gris y monótona, para entender que la vida es algo más que rutina y trabajo y que si tú decides cambiar, el mundo cambiará contigo porque somos nosotros mismos los dueños de nuestro destino.
De nuevo una visión positivista y casi idealista de la vida pero que en realidad esconde un mensaje precioso y vitalista que todos deberíamos tener en cuenta cuando todo se nos pone cuesta arriba y somos incapaces de encontrar la motivación necesaria para seguir adelante.
Una película que me gustó especialmente y me sorprendió gratamente es
"The Way" (2010) protagonizada por Martin Sheen y dirigida por Emilio Estévez nos cuenta la historia de un padre que se entera que su hijo ha muerto recorriendo el Camino de Santiago y decide terminarlo por él aunque la relación entre ambos no era la mejor.
Es una película preciosa en su contexto y en su forma pero también en su fondo puesto que vemos la evolución de su protagonista, un hombre solitario y encerrado en sí mismo que poco a poco y a medida que avanza en el Camino va avanzando también en ese encuentro consigo mismo y con la esencia de la vida.
Igual que las anteriores es obvia e idealista pero toda una historia de motivación y auto ayuda para los que no encuentran el rumbo hacia la felicidad.
Del mismo año que la anterior es
"Come, reza, ama" protagonizada por Julia Roberts. En esta ocasión la protaginista decide emprender ese viaje y el fin es encontrarse con ella misma tras varias decepciones amorosas. Una película para los sentidos que nos habla del renacer espiritual y de las cadenas que el hecho de vivir en pareja nos impone a la hora de vivir y experimentar.
Lo cierto es que personalmente me pareció una película aburrida y los protagonistas no son demasiado creíbles pero me quedo con el mensaje que pretende transmitir.
La mejor de todas las que os puedo hablar es
"Hacia rutas salvajes" (2007) bajo la dirección del maravilloso Sean Penn, La historia de un joven que decide cambiarse el nombre y dejar todas sus posesiones a la beneficencia para emprender un viaje por Alaska que le haga reencontrarse con la naturaleza y encontrarse a sí mismo.
Con una banda sonora y fotografía preciosa y con mucho sentimiento es una película que no hay que dejar de ver puesto que es de las que llega al corazón hablándonos de la vida y de la muerte, de las relaciones humanas, especialmente paterno filiales y del dualismo naturaleza-civilización.
Si algo tienen en común todas estas historias es el hecho de que sus protagonistas son personas acomodadas, de buena posición económica y social, personas cultas que parece que lo tienen todo pero que en realidad están vacías y por tanto no son felices plenamente porque pese a sus posesiones materiales, su experiencia vital es casi nula.
A esto me refiero con que son historias utópicas. Las personas normales no podemos dejarlo todo en un momento dado y ponernos a recorrer el mundo en busca de la esencia vital pero sí podemos adaptar el mensaje de estas historias a nuestra vida cotidiana, es decir, cambiar algo en nuestra rutina diaria, algo que no parezca importante como sonreír más o dejar de usar frases negativas. Pensar en el lado bueno de las cosas antes de martirizarnos con el aspecto negativo, todo eso es un pequeño paso para nosotros pero toda una maratón para nuestro espíritu que terminará de una forma u otra reconfortado.
GRACIAS POR LEERME