Vayamos por partes, "El irlandés" es una película de 2011 de nacionalidad irlandesa, cuyo director es John Michael McDonagh.
La trama no tiene mucho misterio, es una película policíaca en la que el sargento se ve obligado a trabajar junto a un agente americano del FBI. Juntos intentan desarticular una banda encargada de traficar con drogas. Son dos hombre muy diferentes, uno es muy serio y el otro, vamos a decirlo así, es un policía poco convencional.
Al decir que es una película policíaca me quedo muy corta, está llena de pinceladas de humor ácido y mordaz. Va entre la crítica y el retrato del absurdo en muchas ocasiones. Cada vez que los dos agentes comparten escenas es para crear una situación cómica nacida de sus diferencias pero también de sus grandes semejanzas porque en realidad a los dos les gusta el trabajo bien hecho, solo que cada cual lo hace a su manera. Los dos actores empastan muy bien. Es casi imposible, como digo, no reírse con cada una de las escenas en las que aparecen juntos.
Boyle es un policía al margen de la ley. Va por libre y no le gusta que le den órdenes, mantiene relaciones con prostitutas, consume drogas, roba sin pudor, en fin, unas características casi "torrentianas". Podría decir que es el Torrente irlandés, pero eso sí, con mucha más clase, estilo y sobre todo inteligencia.
No se vale del humor absurdo del español, realmente no creo que el público del uno se identifique con el otro.
También tiene pinceladas melancólicas al mostrar la relación con su madre. Una relación poco habitual también, pero a mi forma de ver, muy tierna porque nos muestra un hijo que, sin cursilerías, se afana en hacer feliz a su madre en lo que parece ser la recta final de su vida.
El agente americano, interpretado por Don Cheadle, por el contrario, es un hombre serio, correcto, que no se sale del camino a la hora de realizar su trabajo y que se topa, al llegar a ese pueblo irlandés, con una atmósfera de trabajo surrealista en la que ni su compañero ni el entorno le son propicios para trabajar como él está acostumbrado. Pero a lo que tendrá que acostumbrarse.
Mención especial a la música y los paisajes, que hacen patriotismo pero que son de una belleza inigualable.
Desde luego es una buena película para pasar un buen rato y reírte sin comerte la cabeza. Huyendo de arquetipos, no es apta para quien busque la típica comedia facilona ni tampoco la típica película policíaca cargada de tiros y explosiones.
GRACIAS POR LEERME
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